Día Internacional de la Enfermera: Estudio de caso de la semana

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19 Mayo 2020
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Servicios oncológicos durante la pandemia de COVID-19: Irlanda

Autor: Charlotte Ryan

Soy Enfermera de Atención Directa Avanzada en Oncología Médica en el Hospital Universitario de Limerick, Irlanda. Este servicio forma parte de la Estrategia Nacional de Irlanda contra el cáncer 2017-2026, que establece la necesidad de desarrollar y promover itinerarios de cuidados de supervivencia eficaces para los pacientes oncológicos.

Entre los pacientes con los que trabajo hay personas con diagnóstico de cáncer testicular o linfomas, que se encuentran en fase de seguimiento o vigilancia por parte del médico oncólogo consultor. Mis funciones con estos pacientes abarcan tanto la monitorización como las intervenciones en relación con los efectos a largo plazo y tardíos del cáncer y sus terapias, en particular:

  • Vigilancia y detección de tumores recurrentes;
  • Promoción de la autogestión;
  • Educación sobre el reconocimiento y la prevención de nuevos tumores;
  • Monitorización e intervenciones según sean necesarias en relación con los efectos psicológicos y sociales.

Desde la llegada del COVID-19 he tenido que modificar mi ejercicio profesional y diseñar un nuevo servicio para revisar y sostener a mis pacientes que están en aislamiento protegiéndose del virus.

Durante la pandemia de COVID-19 nuestros servicios oncológicos siguen en pleno funcionamiento. Sin embargo, para reducir el número de personas que acuden a nuestras clínicas ambulatorias y minimizar el riesgo de transmisión comunitaria del COVID-19, hemos implementado una clínica oncológica médica virtual de enfermería de práctica avanzada para ofrecer consultas telefónicas.

Para establecer y dirigir el servicio nos hemos puesto en contacto por teléfono con cada paciente antes de su cita original en la clínica para informarles del cambio de modalidad de consulta y obtener su consentimiento.

Seguidamente, se les ha dado cita para una consulta conmigo en la clínica virtual y a los que requieren la extracción de una muestra de sangre se les ha dado cita para un servicio específico de flebotomía. Antes de llevar a cabo la extracción de sangre, se realiza un cribado de los pacientes para detectar el COVID-19 a través de un cuestionario para descartar cualquier señal o síntoma del virus y mediante la toma de temperatura in situ a todos los pacientes que acuden a la unidad antes de entrar en la clínica.

La consulta telefónica continúa una vez se dispone de todos los resultados de la analítica y las notas médicas.

Los pacientes se pesan en casa y se les formulan preguntas para detectar síntomas que indiquen cualquier posible recurrencia del cáncer. También reciben información sobre cómo realizarse una autoexploración junto con asesoramiento en materia de promoción de la salud y, si procede, se les ofrece apoyo e información más detallada.

En caso de existir alguna evidencia de la presencia de una enfermedad activa, el paciente en cuestión recibe el debido seguimiento tras hablarlo con el médico oncólogo consultor.

Los pacientes tienen mi número de contacto y se les pide que me llamen si tienen alguna preocupación o desarrollan nuevos síntomas entre una cita y otra. Las consultas se documentan a través de notas médicas y se envía una carta al médico generalista del paciente, así como a cualquier otro consultor pertinente que participe en sus cuidados.

La clínica ha gozado de buena acogida entre los pacientes, que han declarado sentirse seguros, apoyados y tranquilizados.

Apoyo del equipo

Desde la llegada del COVID-19 mis colegas y yo hemos adoptado un planteamiento estratégico en relación con los cambios que hemos realizado. Estamos celebrando reuniones informativas periódicas para garantizar una comunicación eficaz.

Las enfermeras se apoyan entre sí en estos tiempos difíciles y nuestro equipo es cercano. Además, ofrecemos un entorno que sostiene al personal para que exprese abiertamente sus inquietudes y celebre nuestros éxitos. En estos tiempos, por ejemplo, hemos preparado comidas calientes para subir la moral.

También nos hemos centrado en la gestión del estrés celebrando sesiones informativas con los colegas después de las consultas y hablando a diario con nuestras familias y amigos para asegurarnos de que todos están bien.

Nos hemos tenido que enfrentar al reto del COVID-19 asumiendo mucha más responsabilidad así que ahora soy mucho más consciente que nunca de mi ámbito de la práctica y de la necesidad de prestar cuidados más seguros.

Es gratificante que nuestro trabajo goce de amplio reconocimiento en la comunidad y que todo el mundo haya sido tan solidario.

Cuando finalice la pandemia, sé que estaré agotada. Volver a la normalidad será difícil y además se realizará una auditoría del servicio para justificar el regreso a las modalidades anteriores de trabajo, pero confiamos en haber prestado un buen servicio y no tener acumulación de pacientes esperando a consulta.