El Efecto COVID: el renovado interés en las carreras de enfermería se ve menoscabado por el descontento y las disputas relativas a sueldos y condiciones laborales

COVID-19
29 Abril 2021
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Crédito de la foto: Liliana Bravo Sierra / Fausto Armando Duarte Ríos

 

El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha lanzado hoy un informe sobre la última encuesta que ha realizado a sus Asociaciones Nacionales de Enfermeras (ANE) que ofrece cada vez más evidencia de disputas sobre sueldos y términos y condiciones de trabajo, violencia e intimidación, así como falta de equipos de protección individual. Más del 20% de las ANE encuestadas ha manifestado preocupación y descontento significativos en relación con el sueldo de las enfermeras en sus países. Además, el informe muestra más efectos de la pandemia, en particular alteraciones en la oferta de enfermeras recién tituladas y cancelación de la educación profesional que se estaba impartiendo a enfermeras cualificadas.

Durante la pandemia de COVID-19, los ciudadanos se han dado cada vez más cuenta de la labor esencial que realizan las enfermeras y la diferencia que marcan. Como resultado, la enfermería nunca ha sido más valorada ante los ojos de la opinión pública, lo cual ha provocado también un repunte del interés en las carreras de enfermería, especialmente en los países de renta más elevada. Sin embargo, hay avisos de que, a causa de las disputas en curso, se corre el riesgo de desanimar a la próxima generación de enfermeras, en particular en los países que más necesitan ampliar su fuerza laboral de enfermería.

El Efecto COVID es un fenómeno creciente y de gran alcance que tiene una profunda repercusión en la vida profesional y personal de las enfermeras. La falta de protección y turnos largos y estresantes están afectando gravemente a su salud mental y provocando que las enfermeras abandonen la profesión o tengan previsto hacerlo.

Gracias al informe Estado de la enfermería en el mundo y nuestro propio informe Envejeciendo bien sabemos que el mundo se enfrenta a una escasez de al menos diez millones de enfermeras en la próxima década, así que es fundamental que las enfermeras permanezcan en sus puestos de trabajo y lograr atraer a una nueva generación a la profesión.

La Presidenta del CIE Annette Kennedy ha afirmado: “Las enfermeras han tenido un año terrible pero quizá por primera vez en la historia los ciudadanos han visto en detalle los traumas a los que se enfrentan y los efectos que estos tienen en la salud y el bienestar de las enfermeras. Sin embargo, a pesar de las dificultades manifestadas, muchas personas se han dado cuenta de la importancia y el valor real de la enfermería y han manifestado su voluntad de sumarse a la profesión para poder experimentar cómo es prestar cuidados de la forma extraordinaria que solo pueden dispensar las enfermeras.

“Los gobiernos deben actuar rápidamente para garantizar itinerarios marcados hacia la enfermería de manera que podamos comenzar a reclutar a la próxima generación lo antes posible. Ser enfermera es el trabajo más gratificante de la Tierra pero las enfermeras también han de poder pagar sus recibos y alimentar y sostener a sus familias. Por eso, hoy insto a los gobiernos a invertir en el sueldo y la formación de las enfermeras tanto para el presente como para el futuro.”

El informe muestra que, en algunos países, el Efecto COVID está retrasando la finalización de los cursos por parte de los estudiantes de enfermería, lo cual está ralentizando la oferta de enfermeras recién cualificadas entre seis y doce meses. También está interrumpiendo el desarrollo profesional de las enfermeras cualificadas, que han de poder estar al día en relación con la práctica más reciente.

El Director General del CIE Howard Catton ha declarado: “El Efecto COVID es un fenómeno creciente y de gran alcance que está teniendo una repercusión profunda en las enfermeras en todo el mundo, en particular en su formación, su salud y bienestar, además de en su vida familiar.

Ahora hay un abismo entre la retórica de los gobiernos sobre cómo valoran a las enfermeras y las respuestas prácticas que dan para paliar sus dificultades cotidianas. Esta desconexión está elevando el descontento entre las enfermeras del mundo, lo cual está generando protestas y disputas con el consiguiente riesgo de menoscabar el reclutamiento y la retención en la profesión. La enfermería es la piedra fundamental de la respuesta a la COVID pero también apuntala cualquier esperanza que tengamos de que nuestros sistemas de salud se puedan reconstruir para ser más fuertes, además de afrontar el enorme y creciente retraso en cuestiones de salud al margen de la COVID.

Cada paciente y familia que ha recibido cuidados de una enfermera durante esta pandemia ha sido testigo personalmente del verdadero valor de la enfermería. Pero la pandemia también ha demostrado claramente que la atención de enfermería tiene una repercusión económica que va mucho más allá del valor que le han dado los gobiernos. La primera responsabilidad de los líderes electos es mantener a las personas a salvo pero la COVID-19 ha demostrado que sencillamente no es posible sin una inversión real y sostenida en las enfermeras y el personal sanitario. Se trata de un compromiso que debe plasmarse en el corazón del tratado pospandémico que están negociando los líderes mundiales en la actualidad.“

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